Este estado se corresponde con la aparición generalmente repentina, a veces sin motivo aparente de una sensación de miedo intenso que está acompañado frecuentemente de un intenso malestar corporal . Los síntomas pueden variar de de una persona a otra. Se puede asimilar con la sensación que se experimenta tras un susto o una amenaza externa .

La respuesta corporal es como una respuesta automática que actúa como señal de alarma en situaciones que para el sujeto que lo padece lo vive como una amenaza de peligro. Para un observador resulta sorprendente la reacción dado que para él no reviste ningún peligro.

¿Qué nos indica esta reacción?

Qué el sujeto padece un conflicto cuyo síntoma visible es el malestar corporal y psíquico.

¿Como puede realizarse un diagnóstico?

Deben presentarse al menos cuatro síntomas físicos y/o psíquicos:

Palpitaciones, elevación de frecuencia cardíaca, temblores, sensación de atragantarse, náuseas, mareos, miedo a perder el control, a volverse loco, a morir, hormigueo en diversas partes del cuerpo, escalofríos o sofocos, dificultad para respirar.

Si bien es relativamente simple el diagnóstico en la práctica la variabilidad y diversidad de estos síntomas es mayor por lo cual puede confundir especialmente al que lo padece y a veces también al profesional a cargo dado que puede afectar a varios sistemas corporales.

¿Existen síntomas predominantes?

Efectivamente suelen coincidir en gran número de personas sobretodo en cuanto al relato que realizan de cómo se produce el malestar y las sensaciones que experimentan.

¿Qué aprendizaje puede extraerse entonces?

Que el comienzo es repentino y aproximadamente alcanza su máxima intensidad a los diez/quince minutos. No hay una situación en sí misma peligrosa pudiendo incluso la persona encontrarse tranquila en los momentos previos o incluso dormida.

Suele ir acompañado de síntomas corporales con una sensación intensa de peligro de muerte,infarto,asfixia.

Se intenta escapar de la situación y es lo que lleva a la persona a pedir ayuda médica .

¿Qué ocurre una vez que el sujeto se ha tranquilizado?

Una vez reestablecido el sujeto queda en estado de abatimiento, cansancio o desgano que puede durar horas.

¿Pueden quedar secuelas después de la crisis?

Si, es posible que la persona experimente un estado secundario tras la presentación de la crisis consistente en que a pesar de no sufrir un nuevo ataque esté atemorizada por la posibilidad que el episodio se repita. Es una ansiedad anticipatoria pero no todos llegan a desarrollarla.

Sería un estado de “miedo al miedo” que puede ser incapacitante y confundirse con una ansiedad generalizada si no se explora la existencia de crisis anteriores.

La ansiedad generalizada se asocia a una persistente angustia ,es decir que es continua .

Principal característica: estado mantenido de tensión y preocupación (accidentes, enfermedades, futuro laboral, económico ) generalmente sin relación directa con la realidad exterior.

Síntomas frecuentes: irritabilidad,insatifacción,dolor de cabeza, sudoración, nauseas, vómitos.

El estado de hipervigilancia continua puede traer insomnio, cansancio y alteraciones del apetito.

Conclusiones : es importante que frente a una crisis de angustia se recurra al profesional capacitado para que este pueda facilitar la recuperación en un lapso relativamente breve.